jueves, 18 de febrero de 2016

PRIMORDIAL

Libera tu mente para aprender a ver el mundo tal y como és. Puro e indomable. De una belleza arrebatadora, de una crueldad abrumadora.
Abre tu corazón para poder sentir todas sus maravillas. Energías entremezcladas, positivas y negativas.
Que tus ojos vean las cosas en su amplia gama de colores.
Que tu nariz, en cualquier lugar que estés perciba los olores.
Que tus oídos escuchen los inaudibles susurros de la vida.
Que tu boca saboree las degustaciones que la vida te brinda. El dulce de los labios que quieras besar. El sudor en lo que te tengas que esforzar. Cosas amargas, picantes y dulces por igual.
Y tu piel... Que tu piel note el tacto de la brisa erizándote el pelo. La suavidad de las manos de un niño pequeño. Las arrugas marcadas de una abuela o un abuelo. La sequedad de las hojas muertas caídas antes de este invierno. O cuando renazcan jugosas en primavera con brotes nuevos. Y la lluvia, preciado regalo caído del cielo.
Venimos llorando a un mundo terrible que da mucho miedo. Así que marchémonos transformándolo con nuestro amor y sonriendo.

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